Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que ocurrirá cuando todo esto pase. Nadie esperaba esta pandemia ni mucho menos cómo iba a cambiar el mundo en estos días: el distanciamiento social, el barbijo en los rostros, el aislamiento obligatorio, y un cambio de costumbres, un exilio analógico: lo que antes se hacía en persona, como reuniones laborales, cumpleaños o festejos de pascua, migraron hacia el online.
Lo mismo está sucediendo con las compras. Mensajes que se comparten por Whatsapp, con habituales proveedores de restaurantes, hoteles o comercios, empiezan a proliferar. A la vez, la condición de evitar la calle, de salir de casa, hicieron que gran parte del comercio, habitualmente acostumbrado a la venta presencial, empezaron a tomar nuevos rumbos. Según un estudio de Scentia, pese a que las compras físicas disminuyeron en la última semana de marzo en Argentina, al contrario de esa tendencia las adquisiciones online subieron. La última semana fue la mejor en términos de facturación para el comercio electrónico.
El mundo que viene
Tras los atentados de las torres gemelas en septiembre de 2001, muchos creyeron imposible volver a volar; sucedió exactamente lo contrario. Tal como señala Guillermo Oliveto, especialista en tendencias sociales y de consumo en La Nación, hay otros hechos que hicieron tocar fondo a los que luego vino la recuperación. Por ejemplo, hace 12 años. “Aquel 16 de septiembre de 2008 ´se cayó el mundo´. Una vez superada la instancia de quiebre, Wall Street tuvo un largo ciclo alcista empujado sobre todo por las empresas tecnológicas, sector que cuando estalló la burbuja de las punto com, también en 2001, muchos se apresuraron a dar por acabado”. De toda crisis, hay oportunidades. En toda crisis -sumamos- hay cambios de costumbres y comportamientos que quedarán para siempre.
En el comercio electrónico todavía hay mucho para crecer. Los más optimistas hablaban, antes de la pandemia, de un 5 por ciento del mercado total de ventas minoristas. Esos datos seguramente cambiaron por estos días por esto del exilio analógico: sin duda, la “competencia” física volverá, pero aún así hay varios comportamientos que prometen extenderse después de la cuarentena.
La CACE (Cámara Argentina de Comercio Electrónico) cuenta que el 90% de los nuevos usuarios son "gente grande" que antes le "huía a Internet". "Compran por primera vez para no tener que salir o ir al negocio físico", explicaba el Secretario, Mario Grinman. "Uno de los grandes ganadores de esta crisis es el comercio electrónico", concluía en entrevista con Clarín.
La Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), por su parte, lanzó Aiuda.org, una plataforma gratuita en el país para apoyar a comercios que han visto afectadas sus ventas en su negocio o punto de venta físico por el coronavirus Covid-19. Un punto que seguramente cambiará con esta pandemia: Cifras del estudio de Ventas Online PyMES 2019 destaca que la causa principal por la que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) no venden en línea se debe a la falta de conocimiento sobre cómo operar en canal digital, y las que sí venden en línea, se sienten más limitadas por la falta de inversión y de capacitación interna.
Una luz al final del túnel
“Las medidas de higiene y prevención serán otras en los lugares públicos, en los aeropuertos, las escuelas y los trabajos. El e-commerce será más fuerte de lo que era y el trabajo y la educación a distancia habrán dado un salto cualitativo”, adelanta Oliveto.
Sin dudas, el comercio electrónico será uno de esos lugares del mundo post pandemia. En marzo, esa migración obligada ya se verificó en varios aspectos. Y para eso hay que estar preparado: a diferencia del mundo físico, aquí no hay lugar para la intuición, se pueden tomar muchas decisiones basadas en datos y, sobre todo, hay mucho lugar para las oportunidades. Veamos sino, lo que sucedió con la demanda en Mercado Libre en marzo: crecieron las ventas de barbijos descartables, bidones de 5 litros de alcohol en gel, pero también, por esto de quedarse en casa, subieron los juegos de mesa, las bebidas, los artículos de limpieza y hasta las harinas: la consecuencia de tener más tiempo para cocinar.
(Evolución de harinas a lo largo del tiempo en Argentina. Fuente: Nubimetrics.com)
Por eso, así como en otras cosas que pasaron en el mundo, algunas costumbres quedarán tras esta pandemia. “El día después ¿querremos volver atrás?”, se pregunta Oliveto. Hay cosas que probablemente se mantengan y se profundicen, como el comercio electrónico. El uso de los datos, para tomar mejores decisiones, puede ser fundamental para ganar esa nueva batalla. Y allí, habrá que estar preparado: estudiar los cambios de demanda, las nuevas dinámicas de los consumidores, la llegada de los nuevos exiliados y encontrar las oportunidades que aún, en plena crisis, estarán allí, esperándonos para ser atrapadas.